martes, 27 de marzo de 2012

TOMBE LA NEIGE



Tú que estudiaste, hijo,
¿conoces mismo el origen
de la desesperanza?
¿Viste en los libros
el sortilegio del trino
y la sombra del milano
sobre la nieve helada?

Sólo recuerdo
el salve regina
que don Antonio
entonaba
para conjurar el miedo, madre.

Desespera, alma mía,
No volverá el temblor del alba
en los visillos.
Sombra de madre,
risa alegre.
Se avecinan horas duras
de sangre y lodo.
Hay que arreglar la cancela
y esa baldosa
que se mueve en la cocina.

Padre me dijo:
-Hijo, sería muy triste,
porque la soledad
no es buena consejera.

La noche brilla de estrellas
y ha empezado a helar.
Ayúdame a mover el escaño.

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