miércoles, 19 de diciembre de 2012

Desadecuación del nombre



Habla con su perro y le basta un gesto para que el este salga flechado a reconducir las ovejas que se desmadran. Dícenle Caín, pero se llama Amalio y no hay nada de Caín ni en su figura ni en su conducta. Le he dicho: ¡Espera que quiero hacerte inmortal! Y, aunque no tengo certeza de que me entendiese, se ha vuelto a la cámara y ha sonreído. ¿Dónde se encuentra un Caín con una sonrisa en los labios? Por los montes de Olleros lo encontrarás, pero habrá que cuidarlo porque ya quedan pocos que gasten su vida en vigilar un rebaño. Amalio da un silbido y el pálido rebaño levanta unánime la cabeza de la hierba montesina. Se conocen y, si no fuera suponer demasiado, se diría que fluye entre ellos una corriente de afecto y entendimiento.

lunes, 10 de diciembre de 2012

La Patria



¿Quieres construirte una casa y encuentras dificultades para elegir el terreno?
Debe de ser mal de todos. En ocasiones el paisaje humano te parece árido. En otras la belleza del lugar se halla contaminada. La ribera del mar se ha convertido en un hormiguero y la montaña se llena músicas insoportables y de escapes libres de motoristas enloquecidos. La ciudad te anula y el pueblo te aburre.
¡Uy! Veo que estás casado y el matrimonio te atosiga, porque el paisaje es lo que el amor decide y sin duda el amor te llevó a la casa en la que vives, olvidado del entorno, convencido de que, donde fundas tu vida, allí está la patria. Pronto desearás cambiar de paisaje. Acaso sea un acierto. Acaso te equivoques de nuevo y vuelta a empezar. Tal vez nunca has sentido esa seriedad que te hace mirar a los ojos de tu esposa y te lleva a decir: -Tú eres mi patria. Aquí voy a construir  un hogar para los dos.
Y ¿por qué no? para un tercero que sentirá de verdad, como patria, el lugar donde se encuentra su corazón y el lugar del amor del padre.