viernes, 14 de enero de 2011

CINISMO EN LOS MEDIA


La necesidad ancestral de información para sobrevivir en un mundo hostil, se ha transformado en la necesidad idiota de entretenerse con información banal que los media nos sirven como lo más relevante de lo que acontece en el mundo. Ayer mi cuñada me informó de una de esas noticias: por lo visto una mujer a la que llaman Campanario había estafado a la hacienda pública. La gracia residía en que esa señora, cuyos otros méritos desconozco, está embarazada y es la esposa de un tal Jesusín, torero por más señas. ¿No es fantástico?
 ¿Es bueno estar informado de la marcha del mundo? Bueno… si antes nos ponemos de acuerdo en qué sea “el mundo”. ¿Qué es el mundo? Un amigo periodista me dijo: ¿Pero en qué “mundo” vives, colega? El mundo es lo que nosotros decimos que es. Así que, amigo mío, si quieres conocerlo, tienes que comprar todos los días los principales periódicos e hincharte a ver la tele.
Todos los días me compro cuatro periódicos: El País, El Mundo y ABC y el Diario y me siento a ver la tele a partir de las tres de la tarde como hace cualquier currante ¿Qué veo? Anuncios. Soporto anuncios en tandas de pavor, asombrándome de por qué el país no está ya saturado de descerebrados. Hasta el título del programa se me mete en los anuncios con un anuncio tal que: -El detergente X le ofrece este programa. Por suerte no añade: … y que le den a usted por el saco. Pero ¿es que se puede llamar programas a  lo que es una riada de anuncios para idiotas con un trocito de película de vez en cuando, con un trocito de debate de vez en cuando, con trocito de noticias o de concurso de vez en cuando?
-Remaldito, me dijo mi abuela, a la que no le gustaba la televisión un pelo –metiste el demonio en casa por tu dinero. Pero mi abuela se equivocaba. Lo que he metido en casa es lo que los periodistas llaman “mundo”. Y mi encefalograma ha tomado la forma de la pantalla. Se ha hecho plano. La inteligencia o la sensibilidad que no se enriquece, se adormece y se embrutece. Y el plano de la pantalla es metáfora del encefalograma plano. No necesitamos pensar. Basta, ver. Pero si usted tiene la perversa manía de pensar, los medios le lanzan un desafío: atrévase a pensar con los datos que le damos, nosotros los informados. Eche una ojeada a la televisión. En el programa de Erquicia, se presenta un periodismo de investigación que previene de los peligros de la “química” presente en todos los productos que hacen más llevadera la vida doméstica, pero son peligrosísimos potencialmente. Entonces el programa se interrumpe y viene una larga serie de anuncios donde se canta la excelencia de esos mismos productos. En un lejano país ha ocurrido lo que recibe el nombre idiota de “desastre humanitario”. Ah, no se preocupe. Ya España ha enviado un avión con medicinas y productos de primera necesidad. ¡Duerma tranquilo! ¿Bombardeos en Líbano? Duerma tranquilo, ya hemos enviado a Moratinos y la ONU dará pronto su opinión. Además, nosotros no estamos de acuerdo con esa guerra, ¿verdad? Duerma tranquilo. Y volviendo a casa: fútbol, fútbol, fútbol.
No quiero aburrirle (ya tiene usted bastante con la tele), pero ¿sería usted capaz de hacerse su propia opinión sobre el mundo con la información que recibe de esa cajita o de un periódico cualquiera?
Aquí hay una conferencia contra el sida. Allá se estrelló un avión. El precio del petróleo sigue en escalada. Se casan dos famosos ante la prensa. Otros dos,  disfrutan juntos de la imbecilidad/felicidad que sugieren las revistas llamadas del corazón. Un poquito más allá se casan dos maricones, marido y marida ya, que así se hacen famosos, aunque eran políticos desconocidos. Gresca en el ayuntamiento, gresca en el parlamento. Los alcaldes opinan. Los alcaldes roban, la oposición miente, los cayucos llegan, Moratinos viaja, no se sabe para qué, pero viaja. Aquí, la Pantoja está preocupada, allí, el ladrón de Marbella, allá, la carroña de un alto mandatario se entierra con música, acullá un choque de trenes. La Bolsa sube, las compañías se fusionan, la Opa no progresa, el presidente declara, la anciana vicepresidenta dice dos paridas. Una empresa hará inversiones en su ciudad, unos jóvenes asesinan a una mendiga, en una sala expone un pintor, la ley de educación es la mejor ley pensable, la alianza de civilizaciones está en marcha, en Ponferrada han exhumado unos cuantos cadáveres de la guerra, este año fulanito ha conseguido la trucha más gorda, una fábrica ha derramado en el río un producto tóxico, fiestas en Villalquite, elegida una reina de las fiestas de Boñar, un futbolista asegura (como Solana) que, lo que hay que hacer es seguir trabajando, otra víctima de la violencia doméstica con suicidio incluido del violento, unas esquelas, unos anuncios, los programas de la radio y la tele, el horario de misas y Pedro Trapiello, cabreado con razón, hablando para sordos, etc. etc. Cierra usted el periódico y trata de construir con esos datos, una imagen del mundo. ¿Cómo organizará usted esa avalancha informativa para sacar una idea personal de lo ocurrido tal día? No sea ingenuo. No es posible. No hay ningún hilo que permita conectar esos hechos en un sistema de pensamiento y si lo intenta, el asunto es grave, porque, si lo intenta, corre peligro de desarticulación intelectual, de locura, vaya, si es que todavía no está loco.
Pero usted, como no está contento, se para, pone el dedo en la mejilla y piensa con algún pico despistado de su cerebro pintadito de verde en el  encefalograma: -Es un hecho que el tiempo transcurre y que me estoy muriendo. He ahí un pensamiento serio y más seguro que la ley de la entropía: cómo enfrentarse a la propia muerte. No hay problema. Usted lo desechará enseguida… Usted no es un pesimista. Usted es optimista… usted es bobo. ¡Ande, siéntese ante la tele, no se le vaya a despertar la conciencia! Póngase un güisqui con hielo que es como más elegante que el vinazo que bebía su abuelo, o mejor, como está cansado, pídaselo a su esposa que ella ya se ha hinchado de anuncios y telenovela. Aduerma su conciencia. Agote la fuente de su inquietud.

3 comentarios:

  1. "anciana vicepresidenta dice dos paridas"

    ¡Jó! digo guau.

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  2. MAMIFEROS

    Yo veo mamíferos.
    Mamíferos con nombres extrañísimos.
    Han olvidado que son mamíferos
    y se creen obispos, fontaneros,
    lecheros, diputados. ¿Diputados?
    Yo veo mamíferos.
    Policías, médicos, conserjes,
    profesores, sastres, cantautores.
    ¿Cantautores?
    Yo veo mamíferos.
    Alcaldes, camareros, oficinistas, aparejadores.
    ¡Aparejadores!
    ¡Cómo puede creerse aparejador un mamífero!
    Miembros, sí, miembros, se creen miembros
    del comité central, del colegio oficial de médicos.
    Académicos, reyes, coroneles.
    Yo veo mamíferos.
    Actrices, putas, asistentas, secretarias,
    directoras, lesbianas, puericultoras...
    La verdad, yo veo mamíferos.
    Nadie ve mamíferos,
    nadie, al parecer, recuerda que es mamífero.
    ¿Seré yo el último mamífero?
    Demócratas, comunistas, ajedrecistas,
    periodistas, soldados, campesinos.
    Yo veo mamíferos.
    Marqueses, ejecutivos, socios,
    italianos, ingleses, catalanes.
    ¿Catalanes?
    Yo veo mamíferos
    Cristianos, musulmanes, coptos,
    inspectores, técnicos, benedictinos,
    empresarios, cajeros, cosmonautas...
    Yo veo mamíferos.

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