lunes, 6 de junio de 2011

LA CIUDAD

Ayer coincidía con un querido amigo en un hecho inquietante. La realidad nos  va haciendo  un poco más misántropos cada día. ¿Por qué no marcharnos? ¿Por qué no apagar la luz? Pero llegamos a una conclusión dolorosa. No sabríamos dónde ir. Nunca saldríamos, de esta villa, porque la llevamos dentro. Y me  vinieron a la memoria los versos melancólicos de Kavafis que traduzco para ti. I poli. La ciudad.
Me marcharé a otra tierra a otro mar me iré;
Ya encontraré una ciudad más hermosa.
Todo lo que aquí intento, está sentenciado y condenado,
Y mi corazón yace como un cadáver.
¿Hasta cuando mi pensamiento se quedará en este marasmo?
Allá donde mis ojos se vuelven, allí donde miro,
Sólo veo negras ruinas de mi vida, aquí, en la ciudad
Donde tantos años gasté, arruiné y perdí.

No encontrarás otras tierras, otros mares no encontrarás.
La ciudad te seguirá siempre.
Las calles que andarás serán las mismas.
Deambularás por los mismos barrios,
Y será esta casa, la casa en la que envejecerás.
Siempre vagabundearás por esta misma ciudad.
No lo sueñes siquiera; para otra, ni camino ni barco tienes.
Porque la vida que has arruinado aquí, en este pequeño y estrecho rincón,
La has perdido en toda la tierra.
                                                        K. P. Kavafis




3 comentarios:

  1. Querido Venancio

    gracias por editar este blog. Es un gusto seguirte leyendo.

    La poesia me recuerda la vitalidad que transmitías en tus clases, la riqueza de matices, la energía y el pesimismo. Gracias por todo ello y los recuerdos que me traes.

    Pero sobre tu comentario y sobre esta poesía (muy linda), una opinión:
    Claro que a donde quiera que vayamos nos llevamos a nosotros mismos, pero de la mano del yo van las circunstancias. A veces en el caminar por el mundo se encuentran personas dignas, procesos de grupo creativos, maneras de vivir hermosas, y todos ellos remodelan e iluminan la "realidad".

    ResponderEliminar
  2. Amigononimo. Han pasado los días y no había entrado en el blog, por encontrarme fuera. Tienes razón en tu comentario y opinión. Pero, las circunstancias son eso precisamente: "la ciudad" que llevamos dentro. Tu gesto optimista es naturalmente un alivio, pero enseguida reflexionamos sobre la realidad y volvemos a ver la ciudad. Y allí, un "sí", o un "buenos días" son casi gestos optimistas. Sigue pues siendo optimista, pero abre los ojos y guarda tu alma. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Lo que haces en un lugar, lo haces en todos.

    ResponderEliminar