lunes, 4 de julio de 2011

LA RESPONSABILIDAD DE LOS JUECES

Salía de la clínica hecha una loba. No era para menos, se había quedado huérfana. La señora tenía 70 años. –Iré hasta donde tenga que ir –decía la buena señora porque yo traje a mi madre con un simple catarro y me la entregan membrillo en una caja de madera. A ver por qué no la han atendido como se debe. Que me lo expliquen, que me lo expliquen. Pacientemente el médico le había explicado: - Su señora madre no tenía un catarro sino que ha palmado de una neumonía del copón y de noventa y cinco años que tenía. -A mí no me va a convencer con cuatro palabritas que no las entiende ni usted. Yo lo que quiero es saber qué ha pasado con mi madre que esta mañana se desayunó un cacho chorizo y  vino talmente una rosa y ahora me la van a dar en copa de plástico. Tengo un sobrino que es abogado... –Pero señora... – Nada, nada, voy a pedir responsabilidades, caiga quien caiga.

Mientras me sacaba una de esas muelas que no te quieres sacar por miedo a lo peor: esa muela que llamamos del juicio y por algo será.( –Deberías sacarte esa muela. Y yo: - Mientras resista, algo de juicio me quedará). Pues como digo, mientras me sacaba la muela del juicio, mi amigo Julio el dentista me decía: - Tengo un seguro de cien millones de pesetas, porque si hay un accidente, un abuelo que le da un paparajote de orujo y anestesia, una señora que se cae de la camilla y se te perniquiebra, te pueden pedir responsabilidades y dejarte desnudo que ya sabes como se las gastan los jueces: - Descuido culpable, por no advertir a la señora que podía caerse y romperse la punta el coxis: veinticinco millones de indemnización. Treinta millones por no preguntar al abuelo si era alérgico a la anestesia. – Pero si yo mismo le saqué todos los dientes y nunca tuvo ese problema. - ¿Sí? Pues otros dos millones por dejarle la boca como paso de cebra despintado y por daños morales, que desde entonces no se mira al espejo. ¡Responsabilidades! Responsabilidades por descuidos y errores, reales o supuestos. ¡Responsabilidades! La democracia es responsabilidad de todos.

-¿Oye, y el cirujano que olvidó una pinza en el vientre de un homo y el pobre anduvo con ilusión de parto dos meses? Hay que pedir responsabilidades. - Anda ¿y el caso de las vacas gilipollas?... ¡Hay que pedir responsabilidades!

A una compañera de profesión le pusieron una multa de mírame y no te menees porque estando de viaje uno de los niños de su tutoría echó la zancadilla a una niña del colegio y... nada, no pasó nada, pero podía haber pasado. Responsabilidades. ¡Hay que pedir responsabilidades!

Pero... ¿Quién le pide responsabilidades a los jueces cuando comenten error manifiesto? No digo delito, error. Claro que la ley le permite soltar al preso en algunas ocasiones pero puede no hacerlo y menos si no da señales de rehabilitación o hay riesgo de fuga, ¡con lo que costó pillarlo! Ni fianza ni leches, quieto en el trullo que te meto un palo que te enciendo el pelo. Así debía ser. Pero, señoría, ve usted menos que una maceta por el ojete. El tío se ha largado haciéndole la higa a usted, a la justicia y a la poli. - Es que tenía buena conducta... -¿Buena conducta? ¡Anda, coño! Será que rezaba los quince misterios del santísimo rosario. ¿Será que cuanto mayor sea el alijo mejor conducta tiene el pájaro? ¿Qué conducta va a tener en la trena? No va montar allí la caravana de camellos que llegue Tombuctú. ¿Anteayer, un canalla carne de horca y hoy, san Luis Gonzaga? - Hala, a la calle y estáte atento al día del juicio porque tendremos que meterte 25 años de cárcel. ¡Señoría, por favor! La buena conducta se ve cuando, poniéndole ocasión de delinquir, no lo hace. ¿A quién se le ocurre valorar la buena conducta en la cárcel? Además, que la buena conducta puede fingirse. Pues bien,  señor juez,  iustitia defecata est. No hay delito no, de acuerdo. Pero su señoría es responsable del preso. Veinticinco millones por soltarlo. ¡Que usted no sabía!... ¡Haberlo acompañado! Otros veinticinco para indemnizar a los policías que lo detuvieron con riesgo de su vida y ahora están peor que antes de detenerlo, encomendándose a san Sherlok Holmes para que el tío no se acuerde de sus caras. Además que el angelito de buena conducta, tenía delitos contra la salud pública. Así que otros 15 millones para la SS. Ah, ¿que usted no podía prever? La profecía no es tema de su oposición. Tres millones por despreciar al fiscal que le había dicho que el tío era más hijo puta que el gallo de la Pasión y dos millones más por ignorar lo que tiene que saber de primera mano. El siquiatra y el director de la prisión me dijeron... A santo de qué confiar en lo que dicen los demás en casos como este. ¡Buena conducta! Nos ha jodío. Y no sigo imponiéndole sanciones porque si no supiéramos que la justicia es un cachondeo tendríamos que pensar algo peor y ya empieza a darme pena, su señoría.

A simple vista y a la vista del más simple, el respeto que hay que tener a los derechos del delincuente, está resultando más escrupuloso que el que hay que tener por el de los inocentes. ¡Ah, es que los derechos de los presuntos son sagrados para que la justicia no parezca inclemente! Señores jueces, esto no lo entiende ni san José de Arimatea ni san José Luis Zapatero que está hecho de la crema de comprensión. Un tío te pega una puñalada: ¡marchando, una cazadora grande para que este cabezón, conserve su intimidad! Y en el periódico, él en siglas para que nadie lo identifique, ¡angelito!, y tú con nombre y apellidos por si un familiar del tío quiere rematarte. Y más grave. A un etarra, un tal Alcalde, convicto y con un montón de años por delante en el trullo, lo sacaron para hacerlo diputado. Y Dejuana y Trotiño.Pero ¡leches! que me están dando ganas de hacer una burrada a ver si me sacan de la cárcel hecho todo un senador. ¡Rediós, que no hay quien lo entienda, hombre! Que se lo he intentado explicar a mi madre y se hace de cruces - ¿A dónde vamos a parar? ¡Qué sinvergonzada, que cachondeo! Y mi santa madre republicana termina confesando que con Franco, eso no pasaba. 

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