martes, 15 de febrero de 2011

COSILLAS

1. Hay gente que anda a gritos. Te mira y grita algunas de sus verdades. Y el caso es que no estás sordo. Conviene pararlos en seco: ‑Oiga, ¿por qué grita? Los gritos no son argumentos. Los gritos sólo manifiestan el deseo que uno tiene de creer en lo que dice. Hay gente que grita con la pluma cuando escribe. General­mente procede del mundo del periódico. Cuando los grititos (¡Mi­rad que lista soy y que ingeniosa! ¡Aprended hombres de mi!...) son de alguna progre  cuyo reloj se paró en el 68, mujeres donde lo bonito y lo preten­didamente brillante y el humor ingeniosillo... en fin: ¿ para que hablar de la coquetería de unas mujercitas que toman ideas como libertad o independencia cual si fueran un abalo­rio más? ¿O el discursito idiota de esas feminazis que dividen el mundo en campo de batalla entre machos y hembras?  Acaso fuera bueno devolver a estas últimas a la cocina, de donde escaparon injustamente... pero no me hagan caso porque el enfado me está refutando.

2. "Cualquiera debería ser suficientemente fuerte para escuchar los cantos de sirena sin necesidad de ser atado al mástil de la barca, como Ulises". Esto me lo decía un buen amigo cuya sordera era notoria.
3. Lo más penoso de la amistad rota suelen ser las largas explicaciones. El silencio es mejor. El silencio es el bálsamo más delicado para las heridas. Se ha perdido la capacidad de vivir  juntos las "bellas" ideas, los sentimientos hermosos. ¿De qué sirve que tengamos las "mismas" ideas? La amistad y el amor no se basan nunca en ideas.
4. ¿No es estúpida la idea de un Dios que da a sus criaturas la razón para que busquen la verdad y aprendan a conducirse en la vida y luego les exige fe en absurdos gratuitos? Desnaturalizar a un hombre para hacerlo un Dios, supone que luego, durante dos milenios se pierde el sentido de ser‑hombre.
5. "Yo quiero hacer en todo momento lo que me gusta". Este es el nuevo sentido de la existencia y a esta pobreza estética se la llama libertad. En realidad, creo yo que esa fórmula es la causa de la decadencia de la aristocracia que deja de hacer lo que debe, para hacer (y puede hacerlo) todo lo que le gusta. Aunque este pensamiento sea de Ortega y Ortega ya no esté de moda, cuánta verdad encierra. Sobre todo, cuando se trata de elegir carrera, los padres suelen salvar su responsabilidad dejando que el mucha­cho elija guiado por su gusto. Eso sí, están prestos a poner el dinero y a hacer los sacrificios que sean. Con frecuencia el gusto del muchacho está peor formado que su inteligencia, ya que, en los planes de enseñanza eso es cosa vedada: con ello los batacazos suelen ser monumentales; eso sí, se salva la buena conciencia de los padres. No está mal recordar esto en Septiembre.
6. DEFINICIONES.
a. Soñar. Cerrar todas la puertas a las imá­genes para liberar las que callan en el interior.
 b. Rezar. Cuando se hace con convicción, es tomar la postura del esclavo para hacer la pequeña locura de la que nos reiría­mos en la calle, (‑El pobre, ‑solemos decir- va hablando solo), mientras sostenemos la ficción de que alguien escucha tras la gran puerta del cielo estrellado.
c. Reprender. Utilizar el lenguaje más eficaz para corre­gir   en los demás lo que nos molesta de nosotros mismos. En todo caso, raspar el azogue del espejo.
d. Oración. Estructura lingüística (S/P) que pretende arrancar respuestas al vacío. Se acompaña a veces de gestos y visajes extraños o de una inmovilidad de gusano en peligro. A veces se repite lo mismo hasta la náusea, llevando la cuenta de lo que se dice con unas especie de ábaco, una cuerda llena de bolitas.
e. Silencio. Voz que se refiere al vacío. No sólo no está reñido con la verborrea sino que ésta suele ser una de sus formas más insoportables.
f. Necedad. Pequeño derrame lingüístico. En plural, son frases extraídas del lenguaje común que, dichas con una potente voz, suelen suplir la falta de sentido de lo que se dice. Escú­chese a la mayor parte de los políticos; generalmente ese hablar los diferencia de los hombres de estado y de las personas cultas.
g. Amor. Monólogos en los que los silencios son cada vez más prolongados.

1 comentario:

  1. Eso del amor me ha gustado, aunque no deja de ser lamentable. Amorosos abrazos.

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