martes, 15 de febrero de 2011

OPINANDO A DAR

1. "‑Pues la tierra entera es la tumba de los grandes hombres". Dejo reposar en mi alma esta hermosa frase de la Oración Fúnebre de Pericles y pienso que es preciso dejar que la muerte ilumine de tal forma mi vida, que llegue a ser digno de una tumba tan hermosa.
2. La muerte tiene más alicientes de los que se cree. Por de pronto el aliciente de todo lo desconocido, misterioso y terri­ble. Tiene además el aliciente de lo estable y lo verdadero. Y, además, dicen que es de miel; los hombres azules del Sáhara, aseguran que el tercer té de la tetera ha de ser dulce como la muerte. ¡Dulzura de la muerte! Para mí es especialmente atractivo ese descanso que promete porque llevo varias noches sin dormir.
3. Cuando un maestro, hastiado, abandona todos los gestos in­transigentes  que marcaban su moral o su estética, observa con estupor que sus alumnos convertidos a su vez en maestros lo miran con recelo, sospechando que ha traicionado las verdades que les enseñó, para "integrarse" en el sistema de poder.
4. ¿Por qué la educación religiosa cegó el pozo de la estética en mi alma? He tenido que alcanzar un poquito de arte, solo y contra la estupidez ñoña que unos religiosos plantaron en mi alma infantil.
5. "En verdad os digo..." ¿Es curioso que todos los salvadores repitan fórmulas como ésta? Como si fuera gente insegura que necesitara creer en si misma.
6. Aunque Dios hiciera caer la misma cantidad de agua para todos, que no lo hace, jamás llueve de la misma manera sobre justos y pecadores, entre otras cosas porque los justos son una raza extinta, y los pecadores llevan paraguas.
7. Si alguien te maldice, no lo bendigas. No quieras humillar a nadie. Maldícelo tú también un poco, para que no se sienta muy canalla. En el fondo todos somos algo canallas.
8. LO MISMO PERO DE OTRA MANERA. Procura no humillar al que te hace daño, haciéndole un bien. Aunque sea un poco, hazle tú también daño. Dale la oportunidad de tener alguna razón contra ti y que sienta que el mal que te hizo era justo... mucho más justo de lo que quieres reconocer.
9. Nunca sacudas el polvo de tus sandalias contra nadie, sin consultar antes la dirección del viento en las próximas horas. Los periódicos informan puntualmente, pero la gente no escarmien­ta.
10. De vez en cuando el amor puede mostrarse como burla y menos­precio. Son éstas, dos buenas formas pedagógicas para mejorar la condición de los amigos. Sin abusar, naturalmente.
11. Si alguien te hiere, no andes exhibiendo vendajes, ni cojees, ni hagas nada que huela a autocompasión. El que nos hiere no siempre es nuestro enemigo. Si el que te hiere se declara enemigo tuyo, acéptalo si ves grandeza en él. Si no vas a aprender nada de él, no será un buen enemigo sino un mal amigo.
12. Si quieres ser bueno, debes aprender a leer con cuidado el Evangelio, para no llegar a creerte santo. Si quieres ser puro, no leas a S. Pablo; los ascetas suelen atrofiar la sensualidad y, con ella, la sensibilidad y la estética. Si quieres gozar de una sensualidad limpia, apártate de los Hechos de los Apóstoles, un libro vulgarmente sensual, escrito en un griego infecto según di­ce mi esposa, experta en ese idioma. Las llamas de Pentecostés sobre los apóstoles parece que les permitieron hablar varios idio­mas al instante, pero me temo que bastante chapuceramente. Podían haber ido a una buena academia para perfeccionar la inspi­ración.
Y 13. ‑Todo esto te daré, si postrado a mis pies me adoras.
‑Lárgate. Apártate de mi, gilipollas, estamos en el año treinta y dos. Cuando llegue el momento se lo dirás a Botín, o se lo propondrás a Wall Street o al Vaticano si quieres. Déjame ahora que descanse viendo cuántas cosas no necesito.

1 comentario:

  1. "Cuántas cosas no necesito". Esto ¿lo dijo Sócrates o Diógenes?

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