martes, 15 de febrero de 2011

Voces erráticas


1. La grandeza del pasado  es un enigma porque, de ella, no nos llega más que lo externo. Se nos ha perdido la constelación de relaciones que le daba sentido desde el interior. Digo esto ante la Catedral de León cuyo enigma lo era ya para los hombres que la vieron elevarse. Digo ante un grupo de alumnos que surgen de su pasado como un enigma con patas y se dispersan en Junio empujados por todos los vientos de la rosa.
2. Hay gente que usa demasiado frecuentemente esa frase que se repite hasta la náusea: ‑Yo es que lo tengo muy claro. Además de ser un tópico lingüístico un tanto bobo, con una notoria pobrete­ría sintáctica, convendría recordar que tener las ideas muy claras no significa que éstas sean verdaderas. ¿Pero si no se habla de lo verdadero o lo bello, de qué se habla? Hay gente muy necia que verbaliza todo lo que se le ocurre; elaborándolo en una sintaxis más o menos correcta nos sirve su discurso como verdade­ro, con una seriedad risible. ¿Quiere comprobarlo? La mayoría de las declaraciones de la política por mor de la cautela, o por des­gastar al enemigo, suelen decir cosas muy claras que, o no son verdaderas, o sólo son verdaderas en parte, con lo cual son do­blemente mentiras, o ni son verdaderas ni falsas sino sinsentidos. Repase la prensa llamada del corazón o los sermones parroquiales y haga una estadística de las vaciedades que se dan como verda­des. ¿No le parece asombroso? Pero Ud. no diga esa frase tan pobre y si me permite un consejillo, no use la palabra "tema". Créame. La palabra tema encierra un problema de significación más arduo de lo que parece.
3. Hay que procurar alejarse de todo el que usa demasiado el pronombre personal de primera persona. Y también del que usa con frecuencia palabras como "evidentemente","lógicamente". Es gente que suele tratar de imponer un dogma.
4. El que enseña, el hombre bueno que se dedica a esta desdi­chada profesión, si no se cuida, termina interesándose sólo por aquellos pocos conocimientos que pueden transmitirse y peor aún, por la forma de transmitirlos. Esta es la miseria de nuestros centros de enseñanza y no el hecho de que, generalmente, la actividad educativa está mal pagada. En la mayoría lo que falta es el conocimiento. Muy pocos tienen música que contagie. Una gran cantidad, son funcionarios, (con eso está hecha su alabanza).
5. Una buena manera de hacer héroes es la de perseguir  hombres vulgares por causa de su ideología. De esta forma, el franquismo consiguió "héroes grandiosos" donde sólo había tipos mediocres. (Todos ellos están sentados en las mismas poltronas de la dicta­dura.) Lo mismo ha ocurrido con el cristianismo. Si se repasa el martirologio se verá que está lleno de gentecilla vulgar empeñada en derramar su sangre por la única idea que cabía en su cabecita.  
6. Siempre es sorprendente ver cómo incurrimos en la ira de aquel que siendo vulgar lo identificamos como tal cuando se le escapa una necedad. Un compañero mío, por ejemplo, casi me retiró el saludo, porque asegurando que "la voz del pueblo era la voz de Dios", me permití apuntar que un enunciado semejante estaba vacío de contenido e indicaba poca finura intelectual. El pueblo tiene la voz que la propaganda del poder quiere. Hoy el pueblo tiene la voz de la televisión.
7. Cuando niños, si alguien nos hacía daño y fortuitamente se caía o se hería con algún objeto, decíamos: "Castigo de Dios". Vagamente entendíamos que el dolor era el medio de corregir al que se equivoca o hace daño a los demás: el castigo como medio de educación. ¿Qué sentido tiene pues un "castigo eterno". La educa­ción no, desde luego. ¿La satisfacción de un mezquino instinto de venganza?... Pues bien, hay mucha "gente culta" que acepta esta creencia insensata y la pone como cualidad de su Dios.
8. Bebe, bebe, bebe. El vino se apodera de él pero de ninguna manera el espíritu del vino. Es que, en la fiesta del espíritu, el vino ocupa un lugar importante, pero en la fiesta del vino de este necio, lo que está ausente es el espíritu. Y además escribe.
9. Llevan cincuenta años juntos pero solos. Pasean por la Con­desa, y él lleva un transistor pegado al oído mientras ella observa distraída a los demás paseantes. No les dieron una educa­ción adecuada para vivir juntos y tampoco se prepararon para vivir solos. Por eso son desgraciados. Es inútil que se divorcien y es inútil que permanezcan juntos. Melancólico ¿no?
10. "‑Pues la tierra entera es la tumba de los grandes hombres". Dejo reposar en mi alma esta hermosa frase de la Oración Fúnebre de Pericles y pienso que es preciso dejar que la muerte ilumine de tal forma mi vida que llegue a ser digno de una tumba tan hermosa.

2 comentarios:

  1. Muy bonito Venancio. Que encuentres esa tumba, seguro que así será Un abrazo Isabel y Mateo

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  2. ¡Cuan bellas y sensatas reflexiones! Gracias, amigo.

    Yo, parafraseándo a aquel admirador de Groucho Marx, sólo desearía que "no te mueras nunca"

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