lunes, 19 de septiembre de 2011

LA ENSEÑANZA COMO SIEMPRE


Vienen las elecciones, votante. Prepárate a escuchar monsergas sobre los “temas que interesan al ciudadano de a pie”. ¿No sabes que te llaman así? Los hay caballeros y los hay de a pie: peones. Peón es el que carece de coche oficial y la pieza que se sacrifica antes que nada en ajedrez; de poco valor. Y ¿no sabes que a los problemas de fondo los llaman temas?
Si alguien tiene que sacrificarse que sea el profe, el peón. Sí. No pongas esa cara como si no los supieras, amigo, que pones cara de profe. Para los más lúcidos, sin embargo, el mayor sacrificio no es dar más horas sino ver el concepto que de ellos tiene el poder. Prepárate, profe, a escuchar el discurso sencillo y arrepentido del profe Rubalcaba, que justamente ahora, ha reflexionado sobre lo que hay que hacer. Y prepárate a soportar la demagogia y el griterío sindical. A doña Esperanza ya la conocemos. ¡Hay que trabajar más! Esperanza, señora. ¿Hay que trabajar más o hay que trabajar mejor? Es verdad que ella predica con el ejemplo, pero también muchos de los insultados.
Quien pasó por las aulas sabe que la cantidad es mucha si la calidad es alta. Y que si no hay calidad, tanto da que trabajen veinte como cuarenta horas. Que quince y dieciocho horas lectivas son muchas, cuando delante se tiene a treinta alumnos a los que atender de manera personalizada, a séase de uno en uno, porque, por suerte, son todos diferentes, con maneras, gustos y entendederas distintas. Ahora, en esa situación, imagina, querido amigo votante, que el profe tiene cinco grupos de treinta. Ju, ju. Son ciento cincuenta muchachotes sin excesivo interés en la sabiduría del profe. E imagina que al profe le ha tocado además un grupo de esos que se llaman de diversificación  (tontos y zangolotinos) a los que hay que dar especial amor y cuidado. Si hay que hacerlo bien, no hay en el día horas suficientes. Por tanto, dejen de tocar el pirindolo con el horario: al profe cualificado no le aumente las horas lectivas –rebájelas si es posible- y al no cualificado quítele todas las horas y mándelo a la Universidad de nuevo a re-cualificarse.
Mira, amigo, las manos de trilero de Rubalcaba, su gesto falsamente serio y su decir moderado, mientras da patadas en el culo a lo que todavía es oposición. Todo es falso en este gran Tartufo de la política. Si se le da de nuevo el poder, tú volverás a ser “el de a pie” y la educación volverá a ser el mismo “tema” por la razón sencilla de que fueron él y Maravall, los que crearon el “tema” de las narices. Fueron ellos los que se cepillaron la calidad educativa de la enseñanza media oficial. Y los otros han descubierto otra palabra talismán como esa de “sostenible”; han descubierto la “excelencia”. Antes se rehuía por aquello de que al Caudillo le daban ese título. Pero ahora… Ahora resulta que hay chicos con extraordinarias capacidades que hay que cuidar, para que hagan una carrera excelente y… se vayan a trabajar al extranjero que es donde se los valora.
Pero ¿y la excelencia del profesorado? A lo mejor piensa el poder  que el profesorado se hace en cuatro días. Que después de treinta años de machacar la excelencia del profesorado eliminando pruebas que demostraran su valía, ahora, con un porcentaje alto de funcionarios/profes, de escasa cualificación (sé de lo que hablo y no me gusta adular a nadie) se va a reformar lo que llamaron Reforma. El camino de la excelencia empieza en el profesorado. Sin un profesorado excelente el alumnado excelente se perderá en la mediocridad. El camino de la excelencia, pasa por la exigencia y la exigencia al profesorado sólo tiene un camino: el de una sólida formación que debe revalidar cada tanto tiempo. Y las aulas con tanto juego y tanto ordenador y “tantes pijaes” que dicen en Oviedo, son el espacio de la mediocridad. Una renovación intelectual que no tiene que ver con la pedagógica (se ha llenado la enseñanza de pedagogos que dicen los que hay que hacer para enseñar) sólo debería hallarse en el retorno a cursos universitarios de mucho calado, porque hay que saber mucho para enseñar un poco. Siempre recordaré a don Jaime, un viejo profesor de biología que examinaba con pequeñas preguntas capciosas al profe recién llegado y emitía un juicio definitivo: esa (era poco feminista) no sé qué enseñará, porque no sabe nada. Como no enseñe el culo…
En fin, amigo mío… “El tema es que” –por favor, corre a gorrazos al que empiece una frase de esa guisa- el problema o poblema como dicen algunos, es peliagudo… pero ya entramos en la etapa electoral. Escucha promesas y soluciones, vota a quien te salga de las narices porque en ese “tema” dará lo mismo, y siéntate a esperar otros cuatro años para escuchar la misma monserga. A lo mejor se arregla algo la economía, pero la enseñanza… ni lo sueñes; es decir: a la larga, todo igual. “Nada eterno / ni gobierno que perdure / ni mal que cien años dure. / Tras estos tiempos, vendrán / otros tiempos  y otros y otros, / y lo mismo que nosotros / otros se jorobarán”.  Son versos de Machado y sabía lo que pasaba.
Uy. Y el idioma. Ju, ju. Tengo una amiga que salió de Olleros para Mallorca y se ha querido matricular en la Universidad, ju, ju. En catalán todo. ¡Perdón! En mallorquín. ¡Toma excelencia, toma inmersión. ¡Excelentes… sinvergüenzas! Y el desamparo cunde y se burla la  Señora. ¿La qué? La Constitución, hombre, la Constitución a la que se debía respeto y reverencia, pero me creo que a eso se le dedica un día al año porque los propios jueces...  No sigo.

1 comentario:

  1. Es bastante triste que lleguemos a un punto en el que uno se sienta raro en su propio país. Que te miren raro cuando notan que eres de la "península" (uuuyyyy, cuidadito.....).
    No hay oportunidad de elegir. Eso si que es dictadura. Pero no queremos verlo porque los líderes políticos nos permiten "pasarnos de la raya" en otros temas que nos interesan más.

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