domingo, 2 de octubre de 2011

El botellón

Cuando volvía a casa por el camino de la avenida universitaria –era viernes- vi, no sin pena, a un muchacho que llegaba tarde. ¿A dónde? Llevaba una bolsa de supermercado con su bebida y su alcohol. Iba solo con su bolsa. Era ese pájaro solitario que se ha retrasado en la partida de la bandada migratoria y quería incorporarse a ella, porque volar sólo es demasiado riesgo… porque si fallan las alas, uno cae irremediablemente al mar (es un decir freudiano). ¡Deprisa, muchacho, deprisa! ¡Ingresa cuanto antes en la manada! ¿Trajiste tu móvil?  Muévete. Es la hora de descargar la soledad, el miedo, la ira o el fracaso en la comunidad. La hora de sentirte rodeado y protegido por otras soledades. ¡Muévete!
Ahora, cuando entres en los bordes del grupo, ya puedes respirar tranquilo. Contemplar a los demás es la pasión del espejo que tantas veces experimentas en casa. Mirar a los demás y ser mirado es la forma de sentirte vivo. ¡Adoración! 
Sólo faltaría un Führer, un Caudillo, un Kaiser, un César… No. Ya no son necesarios. No hay cuentas que ajustar, no hay batalla que ganar, ni honor que lavar con sangre. Horacio lo había dicho: Es dulce y honroso morir por la patria. Pero en la cara de todos los amigos que ya están reunidos resuena otra frase más práctica: Es dulce y honroso morir por la patria, pero es más dulce vivir por ella y más dulce aún beber por ella.  ¿Otro poco de vodka?
El estado en que quedará el campus universitario será parecido al de un campo después de la batalla, pero sin cadáveres: sólo basura. Te lo digo amigo solitario que llegas tarde, sin ánimo de ofenderte. La cultura de masas te ha puesto en su diana. Ya no habrá rebelión: como máximo, indignación ciega. Ya casi no necesitas libros-fusiles, te bastan unos apuntes degenerados, un poco de alcohol y un refresco americano.  ¿Americano? Sí hombre. Antes de ir a esta reunión ya te habías reunido… ya habías contactado con la manada. Te reúnes por que ya te has reunido en un mundo americanizado. ¿No llevas pantalones de Cowboy y el rótulo de tu chándal dice University of Illinois? ¿No te llevan tus zapatillas de diseño americano con frecuencia a Mac Donalds o al Burger de la esquina? Entra amigo en el grupo. El grupo se mueve pero es como se mueve el rebaño; por patrones que ninguna oveja controla sino el perro del pastor. El pastor se llama "Cultura de Masas" y el perro del pastor se llama Gobierno.
¿Pero la Universidad no es el centro vigilante de la cultura, de la “formation de cadres”, de la creación de élites rectoras para el mundo de la investigación y la política? Si hijo, sí. Eso era, pero ahora es también la sede del botellón. Y el rector de la Universidad ha de ser tolerante y comprensivo con la cultura de masas. Tiene que colaborar con ella o, por lo menos, no debe oponerse, porque de todas formas, ha de considerarse vencido.
Ya has recibido las primeras sonrisas, ahora, amigo, busca tu grupo; únete a tus colegas, míralos porque en su mirada encontrarás el alivio de la soledad; porque, en ella, verás que te reconocen como suyo,  a cambio de que los reconozcas como tuyos; vive y bebe; beber es vivir en la comunidad. Y brinda una y otra y mil veces por la patria que era el solar de la inteligencia y la cultura, el camino de la diferencia, el campus. Levanta tu copa por la tolerancia. No necesitas gran cosa para un título. Tu título será igual a cualquier otro título. En las películas, un botellazo en la cabeza nunca suele matar a nadie, contra toda razón porque, bien dado, hunde el hueso del cráneo y te hace cliente de Serfunle. Aquí, en el campus, has recibido el botellazo justo en mitad del alma. Y la Universidad se ha vuelto cómplice. Ahora, sonríe acá, allá, y acullá. Es la forma de la descarga y la masa será mansedumbre. El reino del limbo dentro de ti, lo tienes. No, no. Aún no le han cambiado el nombre: intentaban ponerle el nombre de Limbo de los Gilipollas, pero parece que todavía no es prudente el cambio.

2 comentarios:

  1. Después de crear un blog para poner todo aquello relacionado con la práctica del "botellón" o lo que es igual quedar con los amigos para beber y los grandes momentos que conlleva botellondecombate.blogspot.com he de decir que no estoy del todo desacuerdo.
    Por lo que hasta ahora he leído hay una corriente generalizada que habla de que el botellón como tal es una práctica de los jóvenes que es totalmente improductiva destrozando mobiliario, ensuciando y molestando a los vecinos entre otras múltiples cosas. He de decir que estos inconvenientes no son específicos del botellón, son los que surgen en cualquier reunión bastante grande de gente, en un concierto por ejemplo la gente ensucia igual, se acumula igual, los vecinos soportan igualmente ruido… ¿Cuál es la gran diferencia? En un concierto u otra reunión hay organización y como no beneficios que incitan a que la gente piense bien de ello. ¿No se producen cosas peores (sin intención de ofender a nadie) cosas peores en el desfile del orgullo gay con gente casi desnuda y exhibicionismo? ¿En la nochevieja universitaria de salamanca no se arma más ruido y suciedad y…? Así bastantes más ejemplos. El botellón solo es una reunión de gente sin ánimo de lucro que pretende pasárselo bien con sus amigos con el menor costo posible. En la entrada se menciona la soledad, yo pienso que el botellón es todo lo contrario, es un momento de reunirte de otra manera con las mismas personas con las que juegas al futbol, estudias,… Es cierto que se queda con la finalidad principal de beber, pero hay que partir de que el alcohol es una bebida que desinhibe haciendo más probables las relaciones y determinadas acciones que sin el alcohol quizás no realizarías. La finalidad del botellón es pues pasar un rato agradable con los amigos tomando una copa al menos costo posible ya que en un bar las copas salen sustancialmente más caras. Este supuesto problema llamado botellón desaparecerá solo el día que las opciones de ocio nocturno para los jóvenes que simplemente quieren conversar, pasar un buen rato y divertirse tomando una copa tengan una opción que sea verdaderamente buena, cosa que hasta ahora no se ha conseguido dado el costo de las bebidas alcohólicas en los bares unido al predominante alcohol malo comúnmente conocido como garrafón.

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  2. ¡Querido Pitirrr: Nadie ha denostado la bebida sino algún musulmán radical. Que los grandes momentos estén ligados a la bebida es otro asunto. Los momentos más hermosos de la vida de una persona no tienen la borrachera como conclusión como tampoco la tienen al inicio. ¿Te imaginas a un cirujano emborrachándose antes de la operación u operando después de un botellón?) El juego de beber, en puridad, es el de la ruleta rusa en versión cagona. También la bebida inmoderada mata… por lo menos células cerebrales. Que la amistad se profundice en la bebida no se lo cree nadie. La bebida abundante lo que hace es desinhibir y enseñar esas partes pudendas del alma que uno oculta en la sobriedad. Cierto que suelta la lengua y abre la fluidez de la conversación hasta un límite. Después, la lengua se traba y las sandeces fluyen y terminan en vomitona de idioteces y vomitona de heces de vino. In vino veritas. O mejor, sinceritas. Pero la sinceridad puede tener la misma forma de la vomitona. ¡Que Dios nos libre del tío maleducado que se empeña en cantarnos las “cuatro verdades” que son con frecuencia opiniones bobas, y menos cuando el alcohol es el gatillo! Si beber es el objetivo para eso no hace falta botellón. Uno bebe en su casa y después se acuesta tranquilamente a dormir la mona, y no hay que molestar a Urgencias Hospitalarias. Si la conversación es el objetivo, la bebida moderada puede ayudar. El problema es saber donde está el límite de la moderación. Que la vida es peligrosa es evidente. No se ve por qué hay que aumentar su peligro ni con el coche o la moto ni con la bebida o la droga y mucho menos con todo ello junto. Para menores la bebida está legalmente prohibida, de modo que no se explica qué hacen cientos de menores bebiendo en sociedad y contraviniendo la ley desde que, con cualquier truco, compran el alcohol. Sólo se entiende en una sociedad que tolera y aun ríe la gracia achacándolo a “cosas de la juventud”. Que las instituciones educativas no se tomen en serio ese problema no dice nada bien de las mismas. Que otras prácticas den resultados similares no justifica esta. Que sea la sociedad la que tiene que proporcionar a los jóvenes, por serlo, lugares y maneras de diversión, (que tú llamas ocio, y es curioso que el sintagma sea creación del Poder) es opinión un tanto insensata. Porque estás hablando del dinero común. Que como resultado quede el lugar impresentable, lleno de basura, tampoco dice nada bueno del marrano del botellón, el concierto o el sursum corda. Quizá nos hemos acostumbrado a que sea el Gobierno el que gestione la mierda. En la diversión habría que acostumbrarse a gestionar la propia. Que el botellón tiene carácter de moda y que la sumisión a la moda y la necesidad de reunirse tienen la misma explicación sociológica que en las ovejas o en las sardinas, es hecho en el que coinciden todos los estudiosos de los fenómenos y patologías de la sociedad. Sí. Antropólogos y sociólogos coinciden. Finalmente, la comunicación en el grupo es algo muy básico, que se reduce a gestos miradas, bromas y risas poco justificadas, cuando no tonterías y memeces. No. La soledad es un hecho en el grupo y el grupo mismo es la expresión de la soledad y de la propia incomunicación. Pero todo esto, mi querido amigo, puedes tomarlo como moralina cínica o como consejitos bienintencionados. Por mí como si te operas de la próstata. Estos fenómenos son como el lenguaje; ningún individuo puede cambiarlos y menos, cierto idealismo que le queda a un profe jubilado, escéptico y malhumorado a veces. Yo solo me quejaba de la soledad y desamparo de un chiquillo que iba de botellón.

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