martes, 17 de enero de 2012

Palabras tristes para Grecia



Estamos pagando una deuda que nunca contrajimos, un bienestar que nunca tuvimos. Pero han dicho que somos perezosos, porque nuestro trabajo no rinde suficiente dinero a la avaricia. Nos llaman vagos y aseguran que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, pero nunca hemos tenido posibilidades para vivir por encima. Parece ser que somos como los zánganos de la colmena europea, que nos apoderamos del alimento de la miel que otros han libado trabajosamente, pero hemos trabajado penosamente para terminar llevándonos un mísero mendrugo de pan a la boca. Y hemos de decir a nuestros hijos que no se coman el escaso panecito amargo que les damos para ir al colegio, que no se lo coman todo.

Ipomoni. Paciencia. Nuestra casa es pobre, pero nuestra puerta está abierta para todo el que pase. Compartiremos con él la sombra, el pan de nuestros hijos y un vasito de agua fresca y con suerte, una copita de ouzo de Lefteris. Parece ser que se lo debemos todo a Europa y sin embargo nuestros maestros nos enseñaron desde antiguo que Europa nos lo debe todo hasta sus cimientos.
Ipomoni. Paciencia. Los hijos a veces, tienen la crueldad de apalear a su propia madre: -Nos lo debes todo, desgraciada. Tienes que pagar la lavadora que te trajimos de Alemania, el coche que te enviamos de Francia… nos lo debes todo. Ya no necesitas viajar en burro, ahora tienes trenes y aviones, pero hay que pagarlos. ¡Que no los necesitabas? Ya, pero has estado disfrutándolos. Te dimos dinero para que hicieras el transporte subterráneo. Sólo te pedimos hacerlo nosotros, ser tus jornaleros, que nos compraras la tecnología y que nos devolvieras el dinero con sus intereses. Sólo pedíamos eso pero tú has despilfarrado todo y te has dedicado a cantar como las cigarras y a bailar sirtaki.
-Si, sí, sí. Os pagaremos hasta los sobornos con que nos habéis corrompido, os pagaremos la buena vida de los de siempre. Os lo devolveremos todo. Pero dejadnos con nuestro dolor, nuestra pobreza. Dejad que disfrutemos solos de nuestra lengua; y la belleza desgarrada de nuestra canción.
Se ríen y aseguran que no valemos para el trabajo; que nuestras manos son débiles; que, por desgracia, nos hemos convertido en mendigos de Europa. Somos muy pocos para haber gastado tanto dinero como dicen que debemos, somos pocos y pobres. Nunca hemos visto un euro que no saliera de nuestro bolsillo miserable, así que tendremos que enumerar una por una las horas de nuestro trabajo y el dolor de una vida sin horizontes. Esto sí que lo sabemos desde la turcocracia y desde la cuna.
Europa, nuestra Evropi, ha pervertido el lenguaje y a los ladrones les llama "mercados", pero sabemos que el ágora europeo, siempre estuvo lleno de amigos de lo ajeno.
                   La casa griega. La canción de la conciencia desgarrada. Vivimos en la pobreza pero los expertos dicen que vivimos por encima de nuestras posibilidades. Nos liberamos de la opresión turca y contuvimos la fuerza nazi del máuser, pero parece muy difícil que nos liberemos de la opresión de Europa que nos debe hasta el nombre. 
Paraponemena logia. Tristísimas palabras. Así lo canta el pueblo griego. Me pregunto cómo su canción ha penetrado en la esencia misma de su vida. Escucha esas palabras, amigo como si fueran una oración, una queja de tu propia madre. Las canta el pueblo y Yorgos Ntalaras no hace más que apoyarlas. Yo te las pongo en griego porque es donde más tristes suenan, en la certeza del aislamiento y la incomunicación. Perdona, amigo mío, que vuelva sobre Grecia. Un buen hijo no puede olvidar a su madre, ni la penuria a la que la ha reducido la canalla. ¡Rescatar a Grecia! Menuda ironía. Rescatarla de la opresión de la avaricia y la brutalidad. Sin ella, andaríamos todavía nadando en la barbarie. Te pongo en castellano su canción y te pongo abajo el poema y el link para que puedas oír su "verdad".
En los duros bancos de la necesidad y en la pobreza de la escuela, aprendimos la vida común y el antiguo dolor. Las más tristes palabras tienen nuestras canciones porque la injusticia la estamos padeciendo desde la misma cuna. Nuestro vagar por el mundo se reduce a un solar de unos diez metros; lo que ocupa una casa y cierra el muro de un patio. Las más tristes palabras tienen nuestras canciones porque la injusticia la estamos viviendo desde la misma cuna. 
Anda amigo. Si sabes un poco de griego canta con ellos y si no, escúchalos. La letra es de Manos Eleftherios y la música de Yannis Markopoulos. La canción no es de ayer, ni mucho menos:
Στης ανάγκης τα θρανία / και στης φτώχειας το σχολειό
 / μάθαμε την κοινωνία / και τον πόνο τον παλιό
/ Παραπονεμένα λόγια 
/ έχουν τα τραγούδια μας  
/ γιατί τ' άδικο το ζούμε 
/ μέσα από την κούνια μας / Το σεργιάνι μας στον κόσμο / ήταν δέκα μέτρα γης / όσο πιάνει ένα σπίτι
 / και ο τοίχος μιας αυλής 
/ Παραπονεμένα λόγια 
/ έχουν τα τραγούδια / μας
γιατί τ' άδικο το ζούμε / μέσα από την κούνια μας.

3:03Añadir a ΠΑΡΑΠΟΝΕΜΕΝΑ ΛΟΓΙΑ - ΓΙΩΡΓΟΣ ΝΤΑΛΑΡΑΣby 23billis Visto 56748 veces 

8 comentarios:

  1. Anónimo ma non troppo17 de enero de 2012, 23:54

    Imposible contarlo mejor que tú lo haces, maestro. Chapeau.
    Hoy somos más griegos que nunca en la hermandad lastimosa a la que el latrocinio legal nos ha llevado, y parece que sólo nos queda lamentarnos, incapaces de otra reacción más noble y provechosa, porque el hurto más gravoso del que somos víctimas es el de nuestra cultura. Nos hemos convencido de que no hay otra posibilidad, otro proyecto, otro sueño. Cualquier otra experiencia ha fracasado, aún sin haberse ensayado siquiera y, no siendo esta perfecta, es la menos mala. Y esa cantinela, adornada de chismes que abarrotan nuestros libros, nuestras casas, nuestros campos, nuestras costas, nuestras mentes… nos ha corrompido hasta convertirnos a cada uno en un “mercado” para el otro. No hay esperanza ni para nosotros ni para nuestros hijos, a los que dejamos una deuda monetaria inmensa, pero no tan onerosa como el paisaje que con ella hemos pintado y al que tendrán que adaptarse sin remedio creyéndolo fruto del progreso y para su bien.
    Recuperemos siquiera una sombra de dignidad utilizando la lengua griega para lamentándonos de la mano de Eleftherios y Markopoulos.
    Anónima te manda una lágrima con mucha mala leche.
    Abrazotazos.

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  2. ¡Lástima de no saber griego! Aunque no sé. Quizá sea mejor así. Acercarse a ellos a través de ti, de tu visión y de tu conocimiento adverado por años de profundidad y de vida.
    Un abrazo.

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  3. Tienes razón, mi querido anónimo. El expolio nos hermana. Y sobre todo el expolio cultural. Me quedé impresionado cuando supe los destrozos que acometieron los ingleses con el permiso turco, para llevarse un montón de metopas del Partenón. No es lo que robaron y que, pasado el tiempo, no devuelven según ley sino lo que destrozaron para llevarse.
    Pronto el Mediterráneo será la gran piscina de los europeos del norte y la costa entera, instalaciones-solarium para el turismo. Pero en fin. Lo de Grecia es horrible. Abrazos a mi querida anónima.

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  4. Juan Manuel. Me temo que mi griego es más bien mendicante. Menos mal que tengo al lado a María Jesús. Un abrazo grande. Venancio

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  5. «Es imposible llegar a comprender cómo han llegado hasta la capital, que está tan lejos de la frontera. Sin embargo, aquí están, y cada día parece aumentar su número […] Es imposible conferenciar con ellos. No conocen nuestra lengua. […] ¡Hasta sus caballos son carnívoros!»
    Kafka.

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    1. Dios mío. El señor K. esconde tantas verdades, tantas profecías en sus visiones hondas del mundo, que asusta. Aunque poco a poco, como el señor Samsa iremos perdiendo el rincón del dolor hasta que una escoba benévola nos lleve.

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  6. Los Estados menguan políticamente, tornándose en meras sucursales del denominado "mercado". ¿Qué otra cosa cabría esperar de una civilización que se plancha los pellejos, que se atiborra de anestésicos, que proyecta multimillonarios "planes de futuro" siendo incapaz de recordar lo que hizo ayer, que ha privatizado y convertido al mismísimo Dios en un lucrativo espectáculo... "alternativo"? Grecia ya no pertenece a sus moradores, es propiedad, según dicen los expertos, de China. No sé a quién pertenecerá Irlanda y Portugal, pero, a este paso, pronto veremos cosido a las banderas el letrerito anunciando: se traspasa.

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  7. ¡Da terror!
    Espero que estés equivocado en parte. Nietzsche hablaba en el siglo XIX de importar esclavos de China. No preveía la posibilidad de que China esclavizase a Occidente. ¡Ya veremos! Digo ya veremos, porque esto lleva una velocidad endiablada.

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