miércoles, 23 de mayo de 2012


Falagábase el gato.

Es un misterio. Quizá no haya nada más misterioso sobre la haz de la tierra. Si desea cariño se acerca y se roza, pone su rabo vertical, arquea su lomo y se falaga como dicen en Asturias. La vida tiene muchas bellas manifestaciones, pero el amor tiene una, la más hermosa: el roce. El nene berrea en la cuna cuando quiere el contacto con la madre. La madre lo aprieta contra su pecho y, piel contra piel, besa su cara... y es en ese rozarse donde se siente la sacralidad del amor y de donde se deduce que Dios es amor, Dios erotismo. Pero esto es  ya juego de abstracción. Falagarse es rozarse y gozar de la proximidad de otra intimidad. Me atrevería a decir que el tópico de los "bellos días pasados" nace de este falagarse que el gato necesita con tanta frecuencia

4 comentarios:

  1. Nicóstrato del Picu es un gatito falagón y suertudo con una cohorte de gatitas que lo miman.

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  2. Ya lo creo, pero trabaja lo suyo. Todas las mañanas da un paseo por la finca a ver si hay algún intruso construyendo su chabola. Trabaja, trabaja. No creas. Ademas son cuatro gatas que necesitan su atención.

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  3. Estaba yo sentado en una silla de cara a su respaldar, cuando una mosca vino a posarse sobre éste. Mientras la observaba, fuí lentamente acercando la yema de mi dedo índice a su alada espalda por la que se deslizó un par de veces. La mosca hizo un leve y trémulo movimiento, pero no alzó el vuelo, allí se quedó, a la espera de mi siguiente "falago".
    Habrá quien me tache de exagerado y hasta de loco, pero es este uno de los acontecimientos más inolvidables que me han sucedido en mi vida, acontecimiento que vino a corroborar, de manera empírica y fehaciente, aquella sentencia de Chesterton (cito de memoria): La energía limitada se traduce en violencia, la suprema se muestra en la levedad.
    Un cordial y amistoso falago.

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  4. La belleza y la emoción de la animalidad sólo la entiende quien como tú la experimenta como contacto afectuoso y tierno. Está vedada a la mayor parte de los hombres que entienden la naturaleza como campo de dominio y se sienten muy diferentes del animal porque (dicen) son capaces de pensar y el animal no. Ji, ji. Al pensador, que es de los pocos que ejercitan el pensamiento, había que decirle lo de Unamuno: para pensar como usted sólo hace falta razón. Los demás pensantes pueden pensar pero ¡qué pocas veces lo hacen! Y cuando lo hacen, qué desastre! Asi, la experiencia que relatas tiene un fondo humano profundo y melancólico a la vez, que pocos comprenderán. ¡Cierto y triste!

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