sábado, 5 de mayo de 2012

La belleza y la muerte

Ampliar foto con clic.


La foto no quiere ilustrar más que un pensamiento que a veces me inquieta y, con él, proponer unas  cuantas preguntas a la noche.
La muerte es quizá un ingrediente de la belleza. ¿Ingrediente? ¿Existirá la belleza porque existe la muerte? ¿No existe ninguna de las dos sino que son apreciaciones del ojo humano?
Al mirar el interior de la cala, la cámara captó el momento exacto en que una araña devoraba un mosquito. ¿La crueldad y la muerte en medio de la belleza? ¿Es más bella la flor porque la muerte está dentro o porque también a ella le amenaza la muerte?
Digo como en el doblaje de las películas americanas una tontería: ¡Que alguien me ayude!
¿Y por qué alguien me habría de ayudar cuando a lo mejor estoy planteando un pseudo problema?
Petrarca aseguraba que la misma muerte iba pareciendo hermosa en el bello rostro de Laura muerta. El amor embelleció tanto a Laura que todo lo que le rodeaba o le afectaba era hermoso. Pero ¿dónde estaba la hermosura, en el rostro o en los ojos de Petrarca? Hay que recordar que la maternidad repetida varias veces termina cambiando las formas femeninas respecto del canon juvenil de belleza...
No sé. Son las tres de la mañana. Esto parece una elucubración nocturna procedente del insomnio.

2 comentarios:

  1. La belleza está en tus ojos, maestro.
    Abracísimos.

    ResponderEliminar
  2. La hermosura estaba en el rostro de Laura y en los ojos de Petrarca, pero, sobre todo, en el puente surgido entre ambos. Sin amor -dice Rosales- la muerte es poca cosa; la vida todavía menos.

    ResponderEliminar