Se rompió porque era de material
frágil, sí; pero había que averiguar si el material era precioso, porque la
fragilidad no es por sí misma una virtud.
En todo caso romperse es antes
que un fracaso un acto de resistencia. Resistir cuando no hay posibilidad de
victoria es acto de valor que tiene detrás una convicción ética: que no admite
la derrota… ¿Acaso no sabe que en el fondo –y eso el tiempo lo hace evidente-
fracasará? Sí. Claro que lo sabe, pero sabe que la lucha debe dilatarse hasta
el final.
Se rompió. De acuerdo. Era
frágil. Pero ¿era de material noble?
Esa es la pregunta. ¿Luchó hasta
el final sabiendo que sería derrotado? ¿Qué le importa la derrota a un hombre
que está de dispuesto a luchar siempre?
Son pocos los premiados por la
lotería. La resistencia es cosa sólo de algunos… lo precioso del material es más difícil de encontrar. La resistencia y el valor del material juntos es muy rara. Donde los demás claudican, él encuentra nuevas formas de resistencia. Y los que claudican que son mayoría, claudican porque antes de perder la vida ya la habían perdido y también habían perdido otras
cosas más valiosas. Pero no él no admite la derrota.
-¿No?
-¡No!
-No te metas en esa cueva porque hay un gran oso.
-¿Un gran oso? ¿Y qué me importa a mí? El oso me hará más duro... y más diamante.
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